Nuestra historia

Un reloj no solo mide el tiempo. Habla de ti.

En un mundo donde la inmediatez lo domina todo, nace Lucca Poedagar con una idea que va a contracorriente: detenernos un segundo y apreciar la belleza de lo atemporal.

Nuestra historia comienza no en un gran taller suizo ni en una multinacional, sino con una pasión personal. La admiración por la relojería clásica, por los objetos que duran generaciones, por ese equilibrio perfecto entre funcionalidad y arte. Nos propusimos crear relojes que no se limiten a dar la hora, sino que cuenten una historia: la tuya.

Desde el primer boceto, nuestra obsesión ha sido clara: crear relojes de calidad excepcional, con diseños inspirados en los grandes iconos de la alta relojería, pero accesibles a quienes valoran la elegancia por encima del logotipo.

Nuestros relojes combinan movimientos precisos, materiales cuidadosamente seleccionados y un diseño refinado que destaca por su sobriedad, su carácter y su estilo. Cada detalle está pensado: desde la forma ligeramente octogonal de la corona hasta la curvatura de la esfera, la textura del fondo o el peso exacto de la correa. Todo está ahí por una razón.

Nuestra misión

Queremos que más personas redescubran el valor de llevar un buen reloj. Que lo sientan como una extensión de su estilo, de su visión del mundo. Un recordatorio silencioso de que los detalles importan, de que la clase no se grita: se nota.

En cada muñeca, en cada instante, en cada mirada: el tiempo se convierte en elegancia.

Originalidad sin concesiones

Sabemos que muchas marcas han intentado replicar nuestro estilo. Copias sin alma que imitan las formas, pero no los valores.

Nosotros fuimos los primeros en hacerlo así. En apostar por este diseño, por este equilibrio entre elegancia, robustez y precio justo. Mientras otros venden imitaciones, nosotros contamos una historia real.

Cuando compras un reloj Lucca Poedagar, no estás comprando una moda. Estás invirtiendo en una pieza pensada para perdurar, diseñada con la intención de acompañarte durante años, incluso décadas. No seguimos tendencias: las reinterpretamos con identidad propia.